06 abril 2011

LA CONVOCATORIA DE LA DISCORDIA


A fines del mes de febrero, el Consulado General del Perú en Buenos Aires, lanzó una convocatoria en la cual anunciaba la contratación de 50 personas de nacionalidad peruana para que trabajen como personal de apoyo para la realización de las Elecciones 2011 en la jurisdicción Buenos Aires.
Para ello se planteaban como requisitos además de ser peruano, haber concluído, o encontrarse cursando los últimos años, de  una carrera terciaria o universitaria, declaración jurada (sujeta a verificación) de no registrar antecedentes penales en la República del Perú o en la República Argentina, DNI peruano vigente, CUIL de la República Argentina,  buena expresión oral y escrita, de preferencia entre 25 y 40 años, declaración de no encontrarse afiliado a ningún partido político, preferentemente con experiencia en la atención o trato directo con el público.
Según pudo averiguar este Blog, el personal incorporado percibirá dos mil pesos por alrededor de 20 días de trabajo, a razón de 100 pesos por día.
Además, a partir de la elevada demanda de obligaciones que alude tener la sede consular de Paraná y Rivadavia para una adecuada organización de los comicios del domingo 10 abril, en las últimas horas han sumado personal adicional, que también cobrará 100 pesos por día.
Todo pareciera ser normal y natural en esta convocatoria, pero hay un par de matices que llaman la atención. Primero, que la convocatoria no fue publicada masivamente. Al margen de la web del Consulado y alguna gacetilla de prensa remitida vía correo electrónico a ciertos medios de comunicación de la colectividad peruana en Buenos Aires, no se difundió  demasiado la cuestión.
Otro tema sorpresivo es que muchas personas que presentaron sus correspondientes currículos y que reunían los requisitos solicitados, ni siquiera fueron llamados para una entrevista personal. A otros les negaron la opción porque pertenecían a un partido político,  aun cuando dicho partido no está inscripto para participar en la justa electoral venidera.
Pero lo que resulta por demás llamativo, es que entre el personal incorporado, aparecen dos señoritas, Andrea y Francesca, quienes si bien cumplen, aparentemente, con los requisitos previstos en la convocatoria, la manera, acaso, excesivamente cordial, con la que establecieron vínculo con el Cónsul General Hugo Pereyra, no es habitual.
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Los diálogos que aparecen en la red social Facebook (ver imágenes) y que “posteó” Pereyra en el muro de las mencionadas compatriotas, llevan a la suspicacia si es que otros factores subjetivos fueron los que inclinaron la balanza  y primaron por sobre la idoneidad a la hora de elegir el personal. Ni qué decir de la altísima predisposición que muestra el Cónsul Pereyra a la hora de otorgarles a ambas personas mediante la red social, la dirección de su correo electrónico y el número de su teléfono celular o cuando le ofrece a Andrea darle un trato preferencial para la renovación del DNI.  Cuánto habrían agradecido esta actitud preferencial de Pereyra, los miles de compatriotas que durmieron en las calles para realizar el cambio de domicilio de su DNI sobre finales del año pasado o el compatriota José Luis Hernández, quien perdió a su hermano en el accidente ferroviario en San Miguel a mediados de febrero y clamaba por ayuda del Consulado y lo dejaron “pagando” aludiendo que no disponían ni de personal ni tiempo para asistirlo inmediatamente.
Sería bueno que las entidades correspondientes, dígase Cancillería, por ejemplo, a partir de este aporte periodístico, profundicen la investigación a fin que se garantice la transparencia de cualquier convocatoria laboral que realice el Consulado General del Perú en Buenos Aires y que de encontrarse elementos que denoten irregularidad en el proceso, se sancione ejemplarmente a los involucrados.

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